'Titanic': así fue el diario de rodaje que James Cameron escribió en 1997
Contra viento y marea. Así se titulaba el diario de rodaje que el director de 'Titanic' compartió con FOTOGRAMAS hace 25 años, prueba documental de la que es una de las producciones más colosales de la historia del cine.

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En enero de 1998, James Cameron repasó en el número 1.851 de FOTOGRAMAS el proceso de producción de su film más personal, atrapado y fascinado por los restos del Titanic, que él mismo visitó durante la preproducción del film, no dudó en renunciar a su sueldo y su parte en los beneficios de taquilla para poder llevar adelante un proyecto que, como él mismo reconoce, se le escapó de las manos. FOTOGRAMAS celebra un especial por el 25 aniversario de 'Titanic' con una mirada sobre su leyenda: recuperamos la entrevista a Kate Winslet en 1998 en FOTOGRAMAS, nos preguntamos qué fue de los actores de 'Titanic' 25 años después y desvelamos también lo que escribió el director en las páginas de la revista...
Aunque el rodaje de Titanic arrancó en un momento en el que el cine catastrófico se adueñó de Hollywood (desde 'Un pueblo llamado Dante's Peak' o 'Volcano' a la aún inédita 'Hard Rain', con Christian Slater), la película de James Cameron se desmarca de la pura pirotecnia visual. Hay espectaculares efectos especiales, pero puestos al servicio de la historia de amor entre un pintor bohemio (DiCaprio) y una chica bien (Winslet). "Me gusta usar la alta tecnología para crear emociones", explica Cameron. "Esto es lo que más me fascina de este proyecto." De modo que quedan avisados: el espectacular choque del transatlántico con el iceberg no se produce hasta casi la mitad de este monumental 'Romeo y Julieta embarcan en el Titanic' de casi tres horas y media de duración.
La fidelidad histórica ha sido rigurosa, pero James Cameron ofrece también su particular interpretación de los hechos. A partir del naufragio, ha retratado la edad eduardiana y el clasismo social claramente representado en el microcosmos que constituye el barco. "Sobrevivir a la catástrofe", explica Cameron, "estaba en función de si eras hombre o mujer y dependía de tu clase social, tal y como se desprende de los datos posteriores al hundimiento." El naufragio del Titanic fue, para Cameron, el ocaso de ese orden social y de la soberbia autosuficiente de "los que creían ser los señores del mar, los dominadores de la naturaleza."
Dos años antes de comenzar el rodaje, el director realizó 12 inmersiones que le permitieron pasearse por el Titanic, gastarse ya 2 millones de dólares del presupuesto, y rodar imágenes que, además de ser un impagable modelo para el diseño artístico del film, se incluyen en la primera parte de la película. De este modo, emulaba al documentalista Robert Ballard, cuyas filmaciones para el National Geographic despertaron el interés de Cameron por el Titanic.
"Es todo tan real", dice Cameron, "que es como si una máquina del tiempo te llevase de viaje a bordo del barco". Conseguir esta ilusión significó un complejo trabajo de documentación que implicó incluso a la empresa fabricante de las alfombras o las poleas del Titanic real. Además, parte del atrezzo procede de inmersiones realizadas a lo largo de los años al cadáver hundido del barco; pero no acaba aquí el detallismo de Cameron: para que la posición del sol fuese la misma que la del crucero iniciado el 10 de abril de 1912 fue necesario dar la vuelta al negativo y retocar con ordenador aquellos detalles que delatasen esta manipulación. También por ordenador se añadió a los personajes el vapor que se les escapa de la boca a causa del frío, algo bastante difícil de conseguir en México, donde se rodó el film.


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