Golpe en el City Ground

INTERNACIONAL

El gol de Darwin Núñez en Nottingham llegó tras recibir la burla de la afición del Forest

Horizontal

Darwin Núñez celebra el tanto que anotó contra el Nottingham el pasado fin de semana

Rui Vieira / AP/LaPresse

Hay situaciones sorprendentes en el fútbol que, como en la vida, son puro azar, jugadas fortuitas e imprevisibles, momentos de suerte claves en el devenir de los clubs y los resultados de las temporadas. El gol de Darwin Núñez para el Liverpool, en el minuto 99, en el límite del descuento en el City Ground de Nottingham, será, probablemente, uno de ellos, y será muy recordado, si a los ‘reds’ les acompaña finalmente el éxito este año en la Premier League.

A punto de perder dos puntos que hubieran sido determinantes en la férrea lucha por el título con el Manchester City y el Arsenal, el delantero uruguayo, que había saltado al campo como revulsivo y tras recuperarse de su lesión, emergió con un remate de cabeza, a centro de Alexis McAllister, que le dio la victoria al equipo de Jurgen Klopp (0-1). Lo hizo, sin duda, con un golpe de fortuna, que fue a la vez muy cruel para el necesitado Forest, y, paradójicamente, después de haber sido vejado por la afición rival, con una irónica y burlesca canción -‘You’re just a shit, Andy Carroll (‘Eres solo un mierda, Andy Carroll’), en alusión al delantero que fracasó en el Liverpool hace años-, por parte de los seguidores radicales de los ‘tricky trees’.

En la gris y fría Nottingham de las East Midlands, pero vibrante y apasionada con los partidos del doble campeón de Europa, se está viviendo otro año muy difícil, con excesivos nervios, porque arrecian los rumores de que el Forest será sancionado con un descuento de puntos por incumplir el ‘fair play’ financiero, como el Everton, y eso complicaría mucho su salvación. Por eso el ‘injusto’ resultado final les golpeó muy fuerte. El destino incontrolable quiso que, cuando más gritó el City Ground, y cantaba con desprecio a Darwin Núñez, el delantero uruguayo fuera el salvador del Liverpool, en un campo hostil donde no ganaba desde 1984 y en un día en que el Forest no mereció perder. La desesperación de todo el Forest fue hasta lógica.

En una decisión poco común, el propietario del Nottingham Forest, Evangelos Marinakis, bajó al césped e increpó al árbitro, Paul Tierney, en el túnel de vestuarios para recriminarle algunos errores. Tierney se equivocó al no dar el balón al Forest, en el tiempo añadido, después de que parara el partido por precaución, tras sufrir un golpe Konaté de su portero Kelleher, y con el balón en poder del Forest. Ese error, un minuto antes del gol, y el haber prolongado el partido más de los ocho minutos fijados por el cuarto árbitro, benefició claramente al Liverpool, y le costará al árbitro de Wigan ser relegado al VAR en la próxima jornada.

Si Marinakis, que está sintiendo la amenaza que pende sobre su club, perdió el control al final del partido fue producto de esa tensión ambiental, que explica también que el dirigente griego haya querido contratar a un exárbitro FIFA, Mike Clattenburg, para defenderse de lo que considera “perjuicios arbitrales” durante muchos partidos. 

Lee también

Tampoco se digirió nada bien en el City Ground que la enorme suerte del Liverpool, tras una mala aplicación del reglamento, fuera a la vez otro mazazo para el Forest, que ve acercarse al Luton Town, a solo 4 puntos. Y es que en el fútbol el factor imprevisible también cuenta lo suyo y, como sucedió en la aciaga tarde del sábado en Nottingham, es, muchas veces, inexplicablemente injusto.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...