¿Prepara Sánchez una 'ley de Transitoriedad'?
A través de ella, Puigdemont se convertía en caudillo plenipotenciario, depositario de los poderes del Estado y lo hacía de modo transitorio sin obligación de convocar elecciones
El pasado mes de diciembre escribí 'A calzón quitao', cuya tesis fundamental es que Sánchez y sus socios en esa suerte de Nuevo Frente Popular, pretenden convertir España en una Confederación Plurinacional, liquidando la Nación española y sin respetar la Constitución vigente. Lo ... que nunca imaginé es que Zapatero y Pablo Iglesias me dieran la razón tan solo cuatro meses después de entregar mi manuscrito. Lo hicieron sin disimulo el pasado fin de semana, el primero en las páginas de 'La Vanguardia', y el segundo en las del diario 'Ara'.
Con dicha Confederación Plurinacional se culminaría el 'Proceso Español' que predije en junio de 2021, y que iba a consistir en ocho pasos. A saber: 1. Indultos. 2. Supresión de la Sedición. 3. Modificación a medida del delito de Malversación. 4. Expulsión del CNI de Cataluña. 5. Inhibición en el cumplimiento de las sentencias lingüísticas en Cataluña. 6. Amnistía 7. Expulsión de la Guardia Civil y Policía Nacional de Cataluña. 8. Autodeterminación a través de una Confederación plurinacional. Nótese que los seis primeros ya han sido aplicados, el séptimo se está ejecutando en cómodos plazos y que, por lo tanto, sólo quedaría el octavo.
Nótese también, que los siete primeros fueron negados categóricamente por Sánchez, y que aquellos que lo denunciamos, fuimos tildados de radicales y catastrofistas. Es exactamente lo mismo que me han dicho en las últimas semanas a costa del octavo, pero Zapatero ha tenido la generosidad de desvelar sus planes, también 'a calzón quitao'.
Van a por ello y no se cortan un pelo. Así que conviene aceptarlo y actuar en consecuencia. En primer lugar, huyendo del autoengaño. El Frente Popular entre separatistas e izquierdas comparte este proyecto. Cierto es que entre ellos no se soportan, que todo indica que Puigdemont y Pablo Iglesias le tienen ganas a Sánchez, pero no nos hagamos ilusiones: no van a romper hasta cerrar este cambio en la forma de Estado. Y siempre que parece que van a romper, acaban pactando en el último minuto de la prórroga.
De modo que, si aceptamos la premisa evidente de que van a por ello, cabrá preguntarse, ¿cómo lo van a intentar? Esta pregunta es muy relevante, porque nos permitiría adelantarnos a los acontecimientos, en lugar de quedarnos quietos a esperar que lo hagan, para después mostrar nuestro asombro y manifestarnos infructuosamente.
No resulta sencillo penetrar en las caleidoscópicas y delirantes praderas de la mente de nuestros rivales, pero tenemos que hacerlo. Yo lo he hecho, y he llegado a algunas conclusiones: la primera, que carecen de mayoría de dos tercios para reformar la Constitución. Tampoco los separatistas tenían dos tercios para reformar el Estatut. Eso jamás ha sido un problema para esta gente. La segunda, que son perversos pero creativos (lo del mediador salvadoreño no lo vi venir, lo reconozco) y a su vez siguen cierto patrón, en el que extienden a toda España lo peor del 'proceso catalán'.
Y es aquí donde aparece la 'ley de Transitoriedad', que Sánchez llamaría 'ley para la España plural' o alguna cursilada similar. Recordemos que a través de ella, Puigdemont se convertía en caudillo plenipotenciario, depositario de los tres poderes del Estado y lo hacía de modo transitorio (todos los dictadores dicen que lo son, hasta que llega la utopía) sin obligación de convocar elecciones hasta consolidar su obra. Este último punto podría resultar especialmente sugerente para Sánchez si las encuestas no le sonríen: un referéndum sobre la nueva forma de Estado y luego ya veremos.
Debo decir que no estoy en disposición de afirmar categóricamente que este será el camino, pero el hecho de que Monedero en Venezuela, y el hoy denostado Errejón en la Bolivia de Evo Morales hayan participado en mecanismos similares de transitoriedad (y Zapatero es hoy el gran gurú del Grupo de Puebla) me invitan a pensar que van a explorar ese camino.
Ahora nos toca a los que creemos en la Nación española, en la Corona y en nuestra Constitución, dar lo mejor de nosotros mismos para evitar semejante atropello. Avisados estamos.
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Alejandro Fernández es presidente del Partido Popular de Cataluña
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