'Y los ladrillos callaron': el proyecto de una periodista asturiana para hacer pedagogía contra el fascismo

El campo de concentración de Neuengamme es uno de los seis centros de exterminio nazi más grandes de Alemania, de hecho, es el de mayores dimensiones en el norte del país, a la que vez que el más desconocido. Está situado a unos veinte kilómetros de Hamburgo, en una de las orillas del río Elba.
Por allí pasaron unas 100.000 personas durante la II Guerra Mundial. Hasta su liberación en mayo de 1945, el régimen nazi deportó a Neuengamme a más de 80.000 hombres y 13.000 mujeres. Se tiene constancia de que al menos 750 eran españoles. En su mayoría eran exiliados de la Guerra Civil en Francia, detenidos bien por alistarse en la lucha contra el fascismo o, sencillamente, por considerarles enemigos del nacionalsocialismo. Este año 2025 el mundo conmemora el 80 aniversario de la liberación de Neuengamme y del resto de campos de concentración que albergaron el genocidio del nazismo.
Patricia Martínez es una periodista asturiana que en mayo de 2023 visitó por primera vez los espacios que hace ocho décadas ocupó ese campo de las afueras de Hamburgo. Lo hizo de la mano de la Amical de Neuengamme, la asociación que amigos y familiares de las víctimas crearon en 2019 con el objetivo de estudiar la historia, promover el conocimiento público y honrar la memoria de los españoles internados en el campo de concentración de Neuengamme durante la Segunda Guerra Mundial. La fundaron Balbina Rebollar, su actual presidenta, y Mayu Muñoz, dos mujeres para las que el destino de sus padres y tío, supervivientes de Neuengamme, guardaba un as en la manga, conocerse.

A través de Patricia Martínez supimos que Balbina y Mayu se pusieron en contacto por mediación del gijonés Antonio Muñoz, investigador del Instituto de la Universidad de Lisboa, que trabajaba en la recopilación de las historias de los 'rotspanier', como el régimen de Hitler nombraba a los españoles rojos. Gracias al viaje que esta periodista asturiana realizó a Alemania, y del que dejó constancia en elDiario.es, supimos de la historia de Evaristo Rebollar y dos hermanos carpinteros. Una historia que cuenta cómo un chico joven, que ya estaba muy debilitado por la enfermedad, fue ayudado por estos dos hermanos que robaban de la cocina donde comían los miembros de las SS, la leche destinada a alimentar al lustroso gato del cocinero. Junto a restos de pan y pellejos de patata, el joven enfermo consiguió salir adelante, era el padre de Balbina, y sus salvadores, el padre y el tío de Mayu.
Pero estas son solo un pequeño ejemplo de todas las vidas que pasaron por Neuengamme, algunas, como la de Benjamín Álvarez Carcedo, se quedó allí. Nacido en Sama, uno de los seis distritos en que se divide Langreo, capital del concejo homónimo, salió por el puerto de Ribadesella, rumbo a Barcelona, junto a su madre y sus cinco hermanos, cuando en 1937 cayó el Frente Norte. Perdida la guerra, toda la familia, que había conseguido reagruparse en Cataluña, cruza a Francia y allí, al empezar la II Guerra Mundial, Benjamín se une a la resistencia para luchar contra el nazismo.
Tras ser detenido, es deportado al campo de concentración de Neuengamme, donde se le despoja de su identidad. Pasa a ser el 37.210. Muere con 22 años en otro campo al que había sido trasladado, el de Bergen-Belsen, a medio camino entre Hamburgo y Hannover.

En su primer viaje a Hamburgo, además de a Balbina y Mayu, esta periodista asturiana conoció a Rafa, Eva o Jesús Mari, cuyos testimonios le ayudaron a construir el podcast monográfico que tituló 'Destino Neuengamme: historia y memoria', el primero de los proyectos que saldría de este encuentro, pero, aunque ella aún no lo sabía, no sería el último. También tuvo la oportunidad de conocer y entrevistar a Bárbara Brix, profesora de Historia jubilada en 2006, poco antes de descubrir que su padre, a quien ella admiraba como culto y cariñoso, había formado parte de los escuadrones de la muerte de las SS. A todos ellos prometió que volvería y sería para rodar un documental.
Su güela Carmina fue su inspiración. Con ella aprendió a leer y a escuchar la radio, y de ella salió también el germen de lo que años después sería su conciencia política. Se define como una persona con dos sensibilidades muy marcadas, el feminismo y la Memoria, para esta última, hubo un punto de inflexión muy claro, la jornada 'La mar como única salida' organizada por el grupo 'Eleuterio Quintanilla', un colectivo fundado en 1994 por un grupo de profesoras y profesores, con sede en Gijón. Esta jornada fue la ayudó a Patricia a poner el foco en el exilio asturiano de 1937 y la cantidad de historias que se podían contar. Ese fue el principio que dos meses más tarde tomó forma en Las olas del 37, un trabajo en forma de pódcast que narra la salida de miles de asturianos y asturianas de la región, cuando el ejército republicano.
Un nuevo reto
Este año 2025 se conmemora el 80 aniversario de la liberación de los campos de concentración, en 1945, y la familia de la Amical de Neuengamme volverá a Hamburgo, a la orilla del Elba, porque, tras un sinfín de trámites, han conseguido autorización para plantar, en el subcampo de Wöbbelin, un esqueje del árbol de Gernika, símbolo de paz y libertad.
Y los ladrillos callaron es el título del proyecto con el que Patricia Martínez volverá a Neuengamme, un documental que recorrerá los espacios que ocupó el campo de concentración de Hamburgo. Una reconstrucción del relato de la memoria de las víctimas y sus familias, que tiende un puente narrativo entre España y Alemania.
El aniversario de la liberación de los campos de la barbarie nazi llega esta vez en un escenario diferente, protagonizado por un contexto internacional en el que se consolidan gobiernos que no sólo no condenan los totalitarismos del pasado sino que incluso los avalan y amenzan con replicarlos. Este proyecto se concibe como una herramienta pedagógica contra el fascismo, en recuerdo de aquellos hombres y mujeres que acabaron a miles de kilómetros de sus casas, siendo protagonistas de una barbarie que se cebó con ellos y ellas simplemente por defender la libertad y la democracia.

Para lograr este objetivo, Patricia ha puesto en marcha un crowdfunding a través de Verkami, una de las mayores plataformas europeas para financiar proyectos colectivos. Ya ha recibido 152 aportaciones que suman un total de 7.425 euros, superando los 6.000 iniciales que eran el mínimo necesario. Aun así, seguirá operativo siete días más, porque toda ayuda sumará para que el proyecto de Neuengamme rinda el homenaje que merecen todas las personas que perdieron allí la vida o quienes sobrevivieron, pero sufrieron entre sus alambradas.
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